Cuando sufrimos un golpe o una lesión, es común que experimentemos inflamación en el área afectada. La inflamación es una respuesta natural del cuerpo para proteger y sanar los tejidos dañados. Sin embargo, en algunos casos, la inflamación puede volverse excesiva o prolongada, lo que puede retrasar la recuperación y causar molestias adicionales.
La inflamación es una respuesta del sistema inmunológico ante una lesión o infección. Es una parte vital del proceso de curación, ya que ayuda a proteger y reparar los tejidos dañados. Cuando ocurre una lesión, el cuerpo libera sustancias químicas que aumentan el flujo sanguíneo hacia el área afectada. Esto causa enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor. Si bien la inflamación aguda es necesaria para la curación, la inflamación crónica puede ser perjudicial. Te contamos como prevenir la inflamación.
Aplica hielo
El hielo es un remedio eficaz para reducir la inflamación después de un golpe. Envuelve un paquete de hielo en una toalla y aplícalo sobre el área afectada durante 15-20 minutos cada hora. El frío ayuda a reducir el flujo sanguíneo y la hinchazón en el área afectada.
Descansa y eleva el área afectada
El descanso es esencial para permitir que el cuerpo se recupere y reducir la inflamación. Evita utilizar la parte lesionada y mantén el área elevada para ayudar a reducir la hinchazón. Coloca almohadas o cojines debajo del área afectada para elevarla por encima del nivel del corazón.
Utiliza compresión
Aplicar compresión en el área afectada puede ayudar a reducir la inflamación. Usa una venda elástica o un vendaje de compresión para envolver suavemente el área lesionada. Asegúrate de no apretar demasiado, ya que esto puede dificultar la circulación sanguínea.
Toma medicamentos antiinflamatorios
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno o el naproxeno, que puedes encontrar en las ofertas de productos en las farmacias, pueden ser útiles para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Sin embargo, es importante seguir las instrucciones del médico o leer la etiqueta del medicamento antes de tomarlos.
Aplica compresas calientes
Después de las primeras 48 horas, puedes alternar la aplicación de hielo con compresas calientes. Las compresas calientes ayudan a aumentar el flujo sanguíneo y aliviar la rigidez muscular. Asegúrate de no aplicar calor directamente sobre la piel y utilizar una toalla o paño para protegerla.