Los vómitos en los niños pequeños son bastante habituales, pero, ¿Cuándo deberías preocuparte e ir al médico?
Un niño pequeño que está demasiado apático, que no quiere comer (incluso los que les gusta) es una mala señal. Suele ser el preludio de que pronto vomitará.
El vomito de los niños pequeños suelen ser explosivos y se detienen rápidamente aunque también puede vomitar durante horas en diferentes períodos de tiempo. Los vómitos hacen que los niños se agoten y lo pasen mal.
Causas de los vómitos
El vómito es un problema aterrador pero común que enfrentan los niños pequeños. Puede haber muchas razones por las cuales un niño pequeño puede vomitar, pero la mayoría de las veces no es nada de qué preocuparse. Sin embargo, descubrir la causa de los vómitos sigue siendo de vital importancia para que el niño reciba la atención adecuada.
Si el niño solo vomita solo una vez, entonces hay muchas posibilidades de que el vómito haya sido solo por comer demasiado; sin embargo, si no se detiene, entonces una de las siguientes razones podría estar causándolo y es posible que necesite atención médica.
El vómito puede deberse a una infección viral o bacteriana. En los niños pequeños, la gripe estomacal o gastroenteritis es la razón más común de los vómitos. En los casos en que la infección haya afectado el revestimiento del estómago del niño, también podría tener diarrea y fiebre.
Cómo aliviar el vómito en niños pequeños
La gravedad de los vómitos en los niños pequeños generalmente determina lo que se debe hacer para aliviar el dolor y las molestias del niño.
Si el vómito ocurre más de 8 veces durante un día, entonces se considerará grave y debe comenzar a preocuparse por la deshidratación del pequeño y tendrás que acudir al médico inmediatamente para que valore la situación.
Evita la deshidratación
En caso de vómitos leves (1-2 veces por día), las posibilidades de deshidratación son escasas. Sin embargo, en los casos de vómitos moderados (3-7 veces por día) y graves (más de 8 veces por día), las posibilidades de deshidratación se vuelven más pronunciadas.
Para evitar la deshidratación tendrás que darle suero que te indique el pediatra, darle caldos o gelatinas de postre. Es ideal que estés hidratándole cada 20 minutos al menos, durante una hora.
Tendrá que beber con pequeños sorbos y si no vuelve a vomitar, tendrás que aumentar la dosis de agua para poder deshidratarle o con unos electrolitos que puedes solicitar en una farmacia con servicio a domicilio y así no descuidar a tu pequeño.
Habla con tu médico para darle el suelo más indicado para que recupere los minerales y calorías que el niño necesita en esta etapa.
Alimentos fáciles de digerir
Si han pasado más de 8 horas desde la última vez que tu hijo vomitó, puedes comenzar a darle alimentos blandos indicados por tu pediatra, para que de esta manera y de forma progresiva pueda volver lentamente a su dieta habitual.
Si tu bebé está tomando leche de fírmela tendrás que darle menos cantidad y en tomas más espaciadas.
Si tu bebé ya toma alimentos sólidos, puedes darle patata hervida, galletas, pan, sopa o pavo. En caso de que ya no tenga más vómitos después de darle a tu hijo alimentos blandos durante aproximadamente un día, puedes volver a poner a tu hijo en su dieta diaria normal y rutinaria.
Cuándo buscar ayuda médica
Tendrás que acudir a tu médico para saber la gravedad de los vómitos de tu hijo y también, para saber cuál es la causa subyacente.
Si estás preocupado por la salud de tu hijo pequeño o si tienes inquietudes sobre la condición de tu hijo, tendrás que acudir al pediatra y exponerle todo lo que tengas en mente.
También debes llamar a tu médico en caso de que el niño vomite con fuerza después de haberlo alimentado o en caso de que el bebé siga vomitando los líquidos que le administras. Si la fiebre no desaparece también es necesario acudir a buscar atención médica inmediatamente.
Atención médica inmediata
Tendrás que llevar a tu hijo a urgencias de un hospital si tu hijo comienza a tener dificultad para respirar, si no le puedes despertar o si está en un estado demasiado apático.
También será necesario que busques ayuda inmediata si tu hijo vomita sangre o si vomita trozos como granos de café o tiene un dolor abdominal que persiste después de vomitar.
Si además tu hijo se queda de dolor de cabeza severo y tiene rigidez en el cuello, problemas para orinar o llora cuando orina, es necesario acudir al médico urgentemente.
En la infancia es normal que los niños enfermen, son enfermedades habituales de la infancia y los vómitos también suelen ser una afección común.
Pero que sea común no significa que no debas estar atento/a por si esa ‘afección’ que parece normal empeora con el transcurso de las horas.
Cuando existen vómitos y diarrea la deshidratación puede ocurrir en cualquier momento, sobre todo cuando los niños son pequeños.